Fernanda Laguna

El camino del corazón avanzó por la Sala de Casa Escuela y llegó andando en bicicleta Fernanda Laguna, como una escena de El Mago de Oz, pero sin el perrito. Con una energía brillante, Fernanda narró su adolescencia, sus anhelos y convicciones, sus dudas y pedidos mágicos. Dejó entre los presentes la certeza de que es posible; el impulso y el deseo se imponen ante todo, luego llega lo otro. Una última charla que cerró el año con una sonrisa.